Hola Marilyn, he pensado para escribirte en el almanaque que está en el taller. Ya sabes, no hay taller sin calendario de chicas.
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lunes, 8 de marzo de 2010

Marilyn Monroe y Johnny Hyde

Hyde fue cautivado no sólo por tu belleza sino por tu vulnerabilidad. Fue él el que transformó tu imagen pública. Es así como te convence de hacer la cirugía plástica en el mentón para eliminar algunas cicatrices y blanquear tu pelo. Logró un contrato con la 20º Century Fox, en donde ya comenzabas a cobrar unos 500 dólares por semana en los rodajes.

La relación íntima, muchos la calificaron de amorosa, no ha sido corroborada por nadie, habladurías y chismes que no aportan pruebas. Sin embargo es cuando ya comienzas a estar en la cima con críticas que te hacían cada vez más popular.

Quizás una época buena, cuando disfrutas del glamour, del reconocimiento, de estar por encima de algo y sentirte alguien.

Te duró hasta diciembre de 1950 cuando Hyde muere repentinamente por un ataque cardíaco. Un hecho que te destroza, sin él a tu lado regresa otra vez esa sensación de vulnerabilidad, de la pérdida de rumbo. Es cuando sientes que tu vida se vuelve a quedar vacía. No quieres seguir y tomas tantas pastillas, pero te encuentra inconsciente Natasha Lytess, tu antigua profesora de teatro con la que compartías el piso en ese momento quien inmediatamente pidió ayuda y lograron recuperarte.

A veces pienso si se hubiese silenciado ahí todo, te hubieses quedado con una parte de tu vida que al fin podía ser clasificada de buena; terminar así. Pero el destino no quería ser benéfico contigo.

De todas formas es cuando el camino a la fama se hace imparable. Llueven los contratos que no paran hasta 1956, es cuando participas como protagonista en las más famosas películas de la época… Eras al fin una estrella. Mientras tanto, un puzle siniestro y escondido se iba fraguando poco a poco. Kennedy en el 54 era ya un senador muy peligroso para la mafia.

1 comentario:

  1. Jope, si que entraba en estados de extrema tristeza para no ver salida y decidirse por terminar con todo. Pobre, parece cuando mejoraba un poco tenía otro batacazo.
    Un besazo guapetón

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