Almanaque de Marilyn Monroe

Hace dos años colgaron éste, a partir de ahí las tetas y los culos sugerentes de cada año nuevo se fueron quedando obsoletos; no me preguntes por qué razón cada vez que me quedaba pensando en algo te miraba.

Ya sé que es estúpido y que todavía no estoy lo suficiente loco como para hablarle a una imagen, pero joder, dejé de hablar solo cuando puteaba por algo que no me salía y ese cartón recibía la mala leche, también los sueños, no te lo niego.

Llegaba a decir: joder, mira que eras linda… No eres mi tipo, ni siento agarre ni mucho menos. Pero algo tiene ese cuerpo, esa cara, esos gestos que me hicieron abandonar la costumbre de pensar en voz baja o de escribir (Es lo que más me gusta, mi profesión perdida, pero ya te contaré, porque eso no lo sabes… sólo llevas dos años ahí en la pared.) Te decía que un día empecé a decirte las cosas a ti, la Marilyn de foto, de pose, la famosa.

Así que he pensado en escribir este blog para compartir y unir tu vida que se cortó y la mía que se recortó pero sigue…

De todas formas no recibiré respuestas, pero creo que serías una de las pocas personas después de muerta que escucharía con paciencia mis impulsos de rabia sobre esta p… sociedad o un ataque de ternura, de esos de los que no me importa parecer idiota…

Ahora te dejo, pero nos vamos a ir conociendo… no te pregunto si te parece bien la idea, es evidente el motivo; trataré de no obsesionarme, de seguir siendo consciente de que eres figura impresa en un cartón y que se ha transformado en un pretexto para soltar espuma o escribir.

Voy a titular las cartas, porque es un blog y se hace así. No sabías que esto iba a salir alguna vez como yo tampoco sé si desaparece y en qué se convertirán las cosas.

¿Cómo me despido en cada una? ¿Cómo te gustaría que fuera? ¿Hasta la próxima preciosa? No lo sé… ya veremos.

Y lo lógico es que ponga el nombre por costumbre:

Manuel